
La administración del presidente Donald Trump busca penalizar a los migrantes irregulares en su territorio
La Cámara de Representantes del Congreso de Estados Unidos aprobó ayer, y puso en manos del Senado, el megaproyecto de recortes fiscales y gastos que impulsa la administración Trump y que incluye la aplicación de un 3.5%, en vez del 5% propuesto, a las remesas que envían los migrantes indocumentados a sus respectivos países de origen.
Economistas consultados por Listín Diario señalaron que esta medida del Gobierno estadounidense tendrá un impacto negativo en las economías de los países receptores e incluso en el propio Estados Unidos, y la misma obligará a los migrantes indocumentados a buscar vías no formales para enviar dinero a sus familiares.
El economista Antonio Ciriaco Cruz, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) explicó que según el proyecto presentado por los congresistas republicanos, se estima que este gravamen afectará a más de 11 millones de inmigrantes indocumentados que viven en EE.UU., y de estos, a cerca de 276,000 dominicanos en condición irregular, lo que dijo representa casi el 15% del total de criollos en ese país.
El académico refirió que con esta medida los flujos de remesas podrían bajar cerca de 1,600 millones de dólares, tomando en cuenta que solo afectaría al porcentaje de dominicanos que permanece indocumentado en suelo norteamericano.
En otro enfoque, el economista Henri Hebrard aunque apunta que el impacto de esta medida, sin dudas, será negativo para la economía de la región, plantea que no está del todo claro cuáles terminarían siendo los reales impactos que esta medida tendría, no solamente en los países receptores de remesas, sino también en el propio Estados Unidos. Para dar una panorámica del daño que puede generar una disminución de los envíos de divisas, el experto expuso que las remesas mejoran sustancialmente la situación económica de los hogares que las reciben, con dos efectos colaterales también muy positivos: que al tener mejores ingresos estos hogares, desaparece el interés o la necesidad de estar migrando y al tener mayores ingresos, mejora su nivel de consumo.
“Se estima que un 90% de las remesas se dedica a consumo de primera necesidad, lo que a su vez mejora el crecimiento del país receptor de divisas, y en muchos casos este crecimiento adicional del consumo se traduce en mayores importaciones de marcas de productos manufacturado en los Estados Unidos, o sea, la probable disminución de los flujos de reservas también impactará negativamente a los Estados Unidos”, señaló Hebrard.